martes, 3 de febrero de 2015

¿QUÉ ES LA CONCIENCIA FONOLÓGICA?




Hace poco hablé de la importancia de enseñar a comunicarse al bebé antes de poder hablar. Pues bien, esto es vital para que nuestros niños poco a poco vayan adquiriendo una capacidad importantísima en el correcto desarrollo del lenguaje, tanto hablado como escrito: la conciencia fonológica.
Esta capacidad que poseemos desde pequeños es de vital importancia especialmente en el área de la lectura y la escritura. Por ello, es muy importante que en las primeras etapas de la enseñanza (es decir, segundo ciclo de educación infantil y primer ciclo de educación primaria) se trabaje este área de forma muy específica, aunque de forma adecuada. Pero, ¿qué es la conciencia fonológica?
La conciencia fonológica es (dicho de una forma sencilla y sin muchos tecnicismos) la capacidad que tenemos para poder segmentar, y reconocer estos segmentos, del lenguaje. Esto significa que, gracias a ella, los niños pueden ser capaces de reconocer e identificar los fonemas, sílabas y palabras de forma independiente entre sí.
Por tanto, se deduce de esto que si nuestros alumnos mostraran algún tipo de dificultad en esta habilidad específica, podría presentar problemas a nivel de lenguaje, no sólo en el área de lectura y escritura, sino también a nivel oral, como puede ocurrir en las dislalias.
Cuando nuestros niños son pequeños, su conciencia acerca de los sonidos que forman el lenguaje que les rodean apenas está desarrollada. Son capaces de captarlos, pero lo hacen como si fuera un bloque; no saben que pueden segmentarse en partes más pequeñas: las frases en palabras, éstas en sílabas y éstas en sonidos.
Probablemente alguien pueda preguntarse cómo influye todo esto en el desarrollo del lenguaje. Muy fácil: gracias a la capacidad de diferenciar los diferentes componentes del lenguaje, podremos identificar palabras que rimen entre si, podremos segmentar las palabras, inventar palabras con sentido simplemente cambiando un sonido (por ejemplo foca/boca)…
Para ayudar a desarrollarla, tanto en los casos en los que se encuentran aún en el proceso de adquirirla como en aquellos en los que se encuentra alterada, existe una gran variedad de ejercicios. No obstante, como consejo personal, y secundando lo que nos decía recientemente nuestra compañera Mireia, es muy importante basar los ejercicios en el juego.
Uno de los que más les gusta a los niños es el juego de los cubos. Es un juego sencillo donde, en cada una de sus caras, encontramos una letra determinada. Es una actividad muy parecida al Scrabble de toda la vida (o al actual Apalabrados), lo único que adaptándolos a los gustos de los niños con el fin de que sean atractivos para ellos.
Podemos hacer que formen palabras con un número determinado de cubos y las letras que aparecen, decir una lista de palabras que empiecen, contengan o terminen la letra que sale en una cara del cubo, palabras de una familia determinada (animales, frutas…). Todo depende de la imaginación de cada uno de nosotros.
Podemos hacer que los pequeños disfruten aprendiendo jugando. Además, no hace falta que sea todo comercializado; si somos un poco manitas y tenemos imaginación suficiente, podremos hacer multitud de juegos que les encantarán y que harán que pasemos momentos divertidísimos (a la vez que educativos) con nuestros hijos.
Antes de terminar, me gustaría hacer un apunte acerca del protagonismo que se le da a la lectoescritura en la escuela infantil. Desde mi punto de vista, este afán por que los pequeños comiencen la educación primaria leyendo y escribiendo hace que se desplacen otros aprendizajes básicos del aprendizaje, como son las habilidades psicomotrices, orientación y estructuración espacial, del ritmo, del lenguaje y la comunicación, las habilidades sociales, de la creatividad…
Es muy importante tener en cuenta que no todos los niños siguen el mismo ritmo en la adquisición de los diferentes aprendizajes, y esto incluye a la conciencia fonológica. Esto es normal ya que, desde el punto de vista cognitivo, se llevan a cabo muchas funciones que se interrelacionan entre sí. El problema empieza cuando nos encontramos con niños que no han madurado suficientemente estas áreas.
A todo esto, hay que sumar el afán de comparación que tienen algunos padres. No hay prisas. La conciencia fonológica es una habilidad que no todo el mundo tiene que desarrollarla al mismo tiempo. 
Fuente: bebesymas.com

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